Después de tantos meses de instituto llega el merecido descanso; paseos, bicicleta, helados, playa, piscina, alguna escapada con la familia... La verdad es que estábamos esperándolo con muchas ganas y, quizá por eso o porque el curso escolar implica trabajo, estudio, rutina y obligaciones, abandonamos los libros y todo lo que se asocia a quehacer, para no pensar más que en diversión, asueto y fiesta.
Sin embargo, creo que la mejor manera de dejar pasar los días y aprovechar el tiempo es devorando libros de lectura; de la biblioteca, de los padres, de los amigos, de donde sea; lo importante es no dejarse vencer por la apatía y el calor, procurar que no se nos seque el cerebro.
A ver si en setiembre compartimos aventuras, historias fantásticas, descubrimientos fabulosos. Yo estoy en ello y disfruto conociendo nuevos personajes en situaciones diferentes; nunca dejo de asombrarme con todo lo que contienen las páginas de los libros.
Animaos, no os arrepentiréis.
