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Han pasado once años desde que la joven Alaska Sanders fuera asesinada. El escritor Marcus Goldman y el sargento Perry Gahalowood no están satisfechos con la resolución del caso y, después de tanto tiempo, pretenden desentrañar un asunto que les parece turbio. Contarán con la ayuda de una agente de policía, la joven Lauren Donovan, que además es la hermana de Eric, el presunto culpable entre rejas.
La lectura de Dicker es adictiva y promete más de lo que realmente ofrece. Como en otras de sus obras, las ganas de llegar al desenlace hacen que el lector avance a un ritmo frenético, sin embargo, el final no siempre resulta verosímil.
