La primera novela de A. J. Finn tiene como protagonista a Anna Fox, una psicóloga con agorafobia que vive recluida en su casa desde la muerte en accidente de su marido Ed y de su hija Olivia.
Al otro lado de la calle viven los Russell. Un día, Jane Russell visita a la doctora Fox y ambas mujeres congenian desde el primer minuto. Poco tiempo después, Anna presencia algo horrible a través de la ventana de su salón, un acontecimiento que marca su vida y la de sus vecinos.
La obra de Finn ha sido todo un éxito en Estados Unidos, donde se han vendido miles de ejemplares; sin embargo, su lectura no ofrece ningún interés. La vida de la protagonista es aburrida y las páginas se suceden sin alicientes, sabiendo en todo momento que no va a pasar nada porque entre cuatro paredes poco puede ocurrir. Incluso después de que Anna contempla lo que cree ser un asesinato, la aparición de policías y otros personajes, en lugar de generar intriga, se convierte en algo tedioso.
